UN TORNEO ÚNICO
El Campeonato Regional de Concepción se llevó a cabo entre 1949 y 1970, siendo un torneo semi amateur que congregaba a equipos de la Antigua Provincia de Concepción, y algunos conjuntos de provincias vecinas que se sumaron con el correr del torneo. Fue el comienzo de varios equipos notables como Fernández Vial, Huachipato, Naval, Federico Schwager y Minas Lota (que luego se fusionaron como Lota Schwager), Deportes Temuco y Ñublense, los cuales posteriormente incursionaron en el profesionalismo.
Ya a partir de 1967, con la inclusión de los equipos más destacados en el torneo de ascenso profesional, el campeonato regional comenzó a perder atracción, disminuyendo progresivamente su relevancia hasta difuminarse en la región.
Fue un torneo que se jugó y se vivió con mucha efervescencia, sus encuentros eran seguidos por miles de hinchas y sus pormenores registrados semana a semana por la prensa local. En este torneo estaban representadas las distintas áreas productivas de la región, de una país desarrollista que apuntaba a la industrialización post terremoto de 1939. Desde las Compañías Carboníferas, las Fábricas de Textiles, Compañia Siderúrgica, Fábrica de Paños, Fábrica de Loza ,participaban con sus equipos. La Universidad de Concepción, institución señera de la ciudad no quiso estar fuera y participa. Las instituciones del estado como Ferrocarriles y la Armada regalaron jornadas inolvidables. Los barrios de la ciudad también tenían sus equipos, representados por clubes deportivos.
Fue una instancia de cohesión social sin precedentes y no vuelta a ver en la región, se transformó al fútbol en un constructor de identidad. El gran aporte de Los Regionales fue la creación de una memoria en común que nos representó en identidad como un colectivo de costumbres y rutinas cotidianas.
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(Principales fuentes bibliogáficas : Libros Luis Osses Guíñez, Diario El Sur, Diario La Patria, Diario Crónica).
Entrevista con ex jugadores
Conversarmos en Penco con dos ex jugadores que nos regalaron un momento para traer de la memoria historias que siguen en el recuerdo imperecedero de quienes la vivieron. Agradecer a don Abel Soto por la gestión y la generosidad de reunirnos.